Felipe Valdé/ Periodista Latino
The New York Times ha dedicado a Jorge Luis Borges un artículo que al ser leído se convierte en un paseo por Buenos Aires, de la mano del escritor argentino más famoso de la historia literaria de su país, donde no quiso morir hace 20 años, pero que, sin duda alguna, se convirtió en un punto determinante en sus letras.
“Para cualquier admirador de Borges, vagar sobre Buenos Aires es chocar con los productos de su imaginación”, escribe el autor del artículo, Larry Rohter.
Jorge Luis Borges murió en Ginebra el 14 de junio de 1986 y al acercarse la fecha del vigésimo aniversario de su muerte, la prensa comienza a reflotar su imagen y su imaginación:
«El taxi avanza por la Avenida Garay. Y vino una parada en un par de bloques cerca de la plaza Constitución. La esquina me parecía familiar, aunque sabía que nunca había estado allí. Cuando leí el nombre de la Calle Tacuarí, vino a mí su historia ‘El Aleph.’ Jorge Luis Borges había elegido un sótano en uno de los edificios anónimos en esta calle anónima como la localización del «punto místico en el espacio que contiene el resto de los puntos» en el universo».
LOS FANTASMAS
Para Borges, Buenos Aires incubó el hábitat de sus fantasmas literarios. “En mis sueños nunca salgo de Buenos Aires” expresa Borges en uno de sus poemas que llevan el nombre de la capital porteña.
«Su lugar de nacimiento lo sedujo, y él amó especialmente caminar sus calles sin objetivo, pero él también se quejó de que no tenía «ningún fantasma» y decidió que era su tarea, de poblarlo con los suyos».
Y sigue el paseo en la más aguda de las imaginaciones:
«La granja de Palermo de la familia de Borges todavía existe, en Serrano 2135, pero no está abierta al público y allí no hay nada marcado sobre el paso de Borges, excepto una placa pequeña».
El autor del artículo, Larry Rohter, recorre cada rincón del Buenos Aires de Borges y logra a través de sus palabras hacer sentir al lector el clima que le inspiró, ni siquiera los olores escapan al recorrido por el pasado de un escritor universal:
«Pero quizás el recordatorio más vivo de Borges no es justo un personaje literario sino un habitante verdadero de carne y hueso: Está en Paraguay 521, un estudio de fotógrafos donde los residentes todavía van a hacer sus retratos para pasaportes y documentos de identidad. Mire cuidadosamente la colección de algunas fotografías, unas tres docenas en la ventana delantera, y, el cuarto de la derecha en la fila superior, apareció ante mis ojos Borges…».
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